El Municipio de Quito implementó en enero de 2016, la primera fase del proyecto de generación de energía eléctrica en el Relleno Sanitario de Quito, a partir del biogás que se produce de la descomposición de la basura. Mientras que en marzo de 2017 arrancó con la segunda fase del proyecto, que terminará en agosto del presente año, completando un total de cinco generadores eléctricos.
Los cinco generadores eléctricos producirán un total de 5 megavatios por hora y de esta manera la capital de los ecuatorianos se convierte en la ciudad pionera en este tipo de Mecanismos de Desarrollo Limpio a nivel nacional.
El 28 de julio pasado llegaron desde Italia los dos generados restantes al puerto de Guayaquil, que producirán 1,4 megavatios cada uno y completarán el 100% del funcionamiento de la planta. Con este proyecto se captará 24,5 millones de metros cúbicos de biogás al año, evitando una huella de carbono de 215.107 toneladas de dióxido de carbono y con lo cual se beneficiará a 20.000 hogares con energía limpia cada mes.
Cada día, un promedio de 2.000 toneladas de basura son recolectados, tratados y dispuestos finalmente por el Municipio capitalino, por lo que se están ejecutando este tipo de iniciativas para potenciar a los residuos sólidos como materia prima aprovechable.
El biogás es un producto que se origina de la descomposición de los residuos sólidos y que contiene metano, convirtiéndolo en combustible para el funcionamiento de los generadores de energía eléctrica. Al ser 25 veces más contaminante que el dióxido de carbono, la Municipalidad implementó este sistema para capturarlo con el objetivo de reducir el impacto que ocasiona al ambiente y, a la vez, implementar alternativas de energía renovable.
El proyecto se lo ejecuta mediante un convenio entre la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (EMGIRS-EP) y la empresa GasGreen S.A, como una alianza estratégica en beneficio del medioambiente.
La actual administración municipal, presidida por el alcalde Mauricio Rodas Espinel, trabaja para consolidar a Quito como una ciudad sostenible, y con este proyecto reducimos el impacto en la atmósfera ocasionado por el metano, que intensifica el efecto invernadero y agudiza el cambio climático.